Se desinflan las expectativas

La resistencia de la inflación, el bajo crecimiento y los bancos centrales apagan las alzas en las bolsas

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Los últimos datos de inflación en Europa y Estados Unidos, el crecimiento económico moderado  y la sensación de que a los bancos centrales todavía les queda algo de recorrido para subir los tipos de interés han desinflado la tendencia alcista que venía dominando las bolsas desde principios de año. Según los analistas consultados por OKDIARIO, da la impresión de que la convicción sobre la mejoría de los mercados ha ido perdiendo intensidad y hoy ya no es tan vigorosa como lo era en enero. Probablemente esto se deba a que los pilares sobre los que se basaba la tesis alcista van debilitándose, afirma el presidente de una firma de inversión.

A partir del fortísimo arranque de enero, mes en el que los índices en general se dispararon al alza (Eurostoxx +9,75%, Nasdaq +10,7%, S&P +6,2%, MSCI de emergentes en dólares +7,8%) las bolsas han ido perdiendo fuelle. Es verdad que en marzo y abril ha habido subidas en las principales bolsas y que el Eurostoxx ha hecho pleno en los cuatro primeros meses del año, subiendo en todos y cada uno de ellos, pero las alzas han ido moderándose. Por ejemplo, en abril la subida del Nasdaq se ha limitado a un simbólico +0,04% y la del Eurostoxx se ha quedado en un 1%.

El S&P, que es el índice bursátil de referencia a nivel global, está justamente en el mismo nivel que hace  veinticuatro meses, y durante la semana pasada se ha visto una tendencia ligeramente bajista en la mayor parte de las bolsas (Eurostoxx -0,5% en la semana, S&P -0,3%, Dow Jones -1,1%, MSCI de emergentes en dólares -0,9%). Sólo unos pocos índices han escapado, uno de el Ibex español, para experimentar subidas semanales igualmente moderadas (Nasdaq +0,4%, Nikkei +0,8%, Ibex +0,9%).

En enero, la tesis alcista en los mercados se basaba en que la inflación iba a caer de forma rápida y que a la vez se podía evitar la tan temida recesión. Los primeros datos del año dieron soporte a esa tesis, con caídas de los precios y datos de crecimiento, de empleo y de consumo que se mantenían en un nivel aceptable, incluso muy bueno en el caso de estos dos últimos. Los resultados empresariales del cuarto trimestre de 2022 dieron también soporte a esa tesis alcista, al superar las compañías, en general, las estimaciones de los analistas. Y los bancos centrales emitieron también algunos mensajes de posible final en el aumento del precio del dinero.

Pero empieza a haber algunos temores de que las cosas puedan no ser tan sencillas, indican los analistas consultados. Los últimos datos de inflación, como el de abril en EEUU, que se conoció el miércoles pasado, indican cierta resistencia a la baja. Es verdad que el IPC americano bajó en abril por cuarto mes consecutivo, pero cayó sólo una décima, hasta el 4,9%, y la subyacente se mantuvo en un nivel bastante alto, el 5,5%. Por otra parte, la tasa anual en Europa subió una décima el mes pasado hasta el 7%.

Hay, además, dudas sobre el crecimiento, y aunque la mayoría sigue pensando en que no habrá recesión, lo que no se ve claro es que vaya a volver un crecimiento fuerte, afirman los medios citados. Los informes del FMI en su reunión de abril en Washington y del Banco Mundial apuntan, haya o no recesión, a un crecimiento muy mediocre en los próximos años. El sentimiento del consumidor americano, medido por la Universidad de Michigan, ha empeorado, cayendo en abril al nivel mínimo de los seis últimos meses (57,7 frente a los 63 puntos que esperaba el consenso).

La crisis de los bancos regionales americanos iniciada en marzo, y que sigue coleando, también afecta al crecimiento por la vía de la contracción crediticia que inevitablemente va a generar, sobre todo para las medianas y pequeñas empresas norteamericanas. La semana pasada la cotización del banco regional PacWest, que había rebotado más de un 80% el viernes 12 de mayo, ha seguido cayendo estos días, dejándose otro 21% en la semana y reduciendo ya su capitalización por debajo de 550 millones de dólares, lo cual complica mucho su viabilidad.

En cuanto al tercer pilar alcista, los resultados empresariales del primer trimestre, que se han ido presentando en las últimas semanas, han superado las estimaciones, pero no de forma tan holgada como lo hicieron los del cuarto trimestre de 2022. Se empiezan a ver algunas grietas y el mercado penaliza mucho a las compañías que no cumplen expectativas, porque sus proyecciones para lo que queda de año no son tan positivas.

En cuanto a los bancos centrales, y a pesar de que tanto la Fed como el BCE  están lanzando mensajes más moderados tras haber subido tipos un 0,25% en su última reunión, habrá que ver qué hacen en del cónclave de mediados de junio, pero con la inflación, el consumo, el empleo y el gasto público en los niveles en los que están, parece improbable que, en la segunda parte del año, bajen los tipos indican los analistas consultados.

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